En el año 2005 el físico Jorge Eduardo Hirsch, de la Universidad de California (San Diego), publicó en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America” un artículo titulado “An index to quantify an individual’s scientific research output”. En este artículo, propuso la creación de un índice para intentar evaluar la producción científica de un investigador, en términos de relevancia y de impacto acumulados, lo denominó índice h. Para su sorpresa, su propuesta fue totalmente aceptada por la comunidad científica internacional.

¿Cómo se calcula el índice h?

El índice h se calcula según las citas que han obtenido los trabajos científicos de un investigador. Hirsch lo explicó de la siguiente manera: “Un científico tiene índice h si el h de sus Np trabajos recibe, al menos, h citas cada uno, y los otros (Np – h) trabajos tienen como máximo h citas cada uno.”

 

¿Cuáles son las ventajas del índice h?

El índice h tiene para los investigadores las siguientes ventajas, que lo convierten en un parámetro más adecuado que otros a la hora de evaluar las publicaciones de éstos:

  • Mide la productividad de sus publicaciones, pero no su importancia en el campo académico.
  • Mide el impacto total de las citas que han obtenido sus trabajos científicos (aunque este impacto puede ser difícil de determinar; puede estar “inflado” por un pequeño número de artículos altamente citados, que tal vez no sean representativos de sus trabajos; o puede darles una importancia inmerecida a sus artículos de revisión en comparación con sus artículos de investigación original).
  • Ofrece una panorámica del impacto que generan sus publicaciones (aunque esto tiene un inconveniente: el número de citas base es arbitrario. de hecho, este número tiene que ser ajustado según el número de años trabajados que haya acumulado el investigador).

 

¿Cuáles son los usos del índice h?

Hirsch nunca imaginó que su índice h tendría tantísima aceptación por parte de la comunidad científica internacional. Actualmente, este parámetro es fundamental para visibilizar la producción científica de todo investigador cuyas publicaciones se encuentren incluidas en bases de datos (como Scopus o Web of Knowledge, WOS). De hecho, a veces se le exige a un investigador tener un índice h mínimo (por ejemplo, h = 10) para poder participar como conferenciante en eventos académicos de cierto prestigio.

Este índice tiene numerosos usos para los investigadores. Por ejemplo, sirve para evaluar a los candidatos que aspiran a una posición académica; también les sirve para considerar su ascenso a categorías académicas mayores; y sirve para concederles distinciones relacionadas con la investigación meritoria o para concederles la renovación de sus contratos académicos o, incluso, para concederles la asignación de recursos para sus investigaciones.

 

En definitiva, el índice h es un indicador del impacto global de los trabajos de un investigador, siendo la forma más adecuada para evaluar el impacto de su producción científica. Su cálculo es sencillo y constituye una herramienta comparativa simple y definitiva porque, por ejemplo, su creador, el Doctor Jorge Eduardo Hirsch, estableció un índice h = 20 para científicos prestigiosos, un índice = 40 para científicos sobresalientes y un índice = 60 para científicos extraordinarios (por ejemplo, los que consiguen premios Nobel).